domingo, 20 de octubre de 2013

Inteligencias Múltiples

La inteligencia es un potencial para procesar información de modo de identificar y resolver problemas que son valorados por el grupo social que la evalúa. Nuestra sociedad considera que un niño o alumno inteligente es aquel que en el menor tiempo posible puede comprender un texto, resolver cálculos matemáticos, y recordar hechos y definiciones. Se asume que la inteligencia es una sola y que es posible medirla con evaluaciones de lápiz y papel.

Si los padres aceptamos estas reglas, estaremos pendientes de las notas de nuestros hijos en la escuela y no nos ocuparemos que desarrollen otras potencialidades o adquieran otros conocimientos que pueden ser mucho más importantes para ellos.

La escuela de hoy, organizada como una línea de montaje para transmitir a los niños las habilidades básicas de lectura y cálculo aritmético y algunos pocos contenidos adicionales, no parece ofrecer las mejores oportunidades para que nuestros hijos alcancen el éxito y la felicidad que les deseamos. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos?

Un primer paso es comprender que no existe una única inteligencia y que algunas de ellas no pueden medirse con las notas de la escuela. En 1983, Howard Gardner revolucionó el estudio de la inteligencia al postular que no existe una única inteligencia, sino que ella se expresa en un conjunto de aptitudes en diferentes áreas, a saber:

·        La inteligencia lingüística, que se revela en la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita; de buscar, entender y/o presentar información escrita; de discutir, declamar, debatir, refutar; de aprender otras lenguas. Un nivel elevado de esta inteligencia puede verse en profesiones tales como escritores, guionistas, periodistas, locutores, abogados.

·         La inteligencia lógico-matemática, que se manifiesta en la habilidad para usar los números de manera efectiva y razonar adecuadamente con conceptos abstractos; manejar muchas variables y encontrar relaciones entre ellas; plantear problemas de forma simplificada y resolverlos rápidamente. Demuestran esta inteligencia los ingenieros, financistas, contadores, analistas de sistemas y matemáticos.
 
·         La inteligencia musical, que se demuestra en la destreza para percibir, distinguir, transformar y expresar la música, incluyendo la sensibilidad al ritmo, tono y timbre, permitiendo comunicarse, crear y comprender significados a través de sonidos. Esta inteligencia se percibe en compositores, músicos, bailarines, luthiers, críticos musicales, aficionados sensibles.

·         La inteligencia corporal-cinestésica, que se expresa en la pericia para percibir distancias y ubicaciones, actuales y futuras, y usar el cuerpo o partes del cuerpo para actuar sobre objetos o resolver problemas mediante movimientos precisos y coordinados, con destreza, equilibrio, fuerza y velocidad adecuadas a la tarea. Esta habilidad puede observarse en cirujanos, conductores de vehículos, deportistas, coreógrafos, bailarines y artesanos.

·         La inteligencia espacial hace posible que las personas perciban información visual o espacial, la procesen y creen imágenes en dos o tres dimensiones. Esta habilidad permite percibir imágenes externas e internas, recrearlas, transformarlas o modificarlas, recorrer el espacio o hacer que los objetos lo recorran, y producir o decodificar información gráfica. Es esencial para dibujantes y escultores, fotógrafos, diseñadores gráficos, arquitectos.

·         La inteligencia naturalista, que consiste en la capacidad de distinguir, clasificar y utilizar elementos del entorno, entender las relaciones de causa-efecto, advertir la repetición de eventos y conductas, y prever comportamientos e interacciones futuras. Supone la habilidad para observar, experimentar, reflexionar y cuestionar el entorno; comparar datos, definir rasgos comunes, extraer significados y formular hipótesis. Puede observarse en investigadores en ciencias duras, biólogos, astrónomos, meteorólogos, ingenieros agrónomos, veterinarios, físicos, químicos, geólogos e ingenieros en minas.

·         La inteligencia emocional (término popularizado por Daniel Goleman en 1995) refiere a la capacidad de reconocer, distinguir y manejar las emociones, propias y ajenas. Tiene un componente interno, intra-personal, que permite entender y orientar la propia conducta, y lograr la autocomprensión, autodisciplina y autoestima; y un componente externo, inter-personal o social, que permite percibir los estados de ánimo o emociones de los demás a través de su lenguaje facial y corporal (empatía), y determinar la mejor conducta para llevar a cabo interacciones eficaces con ellos (habilidades sociales). Está presente en líderes de todas las áreas, actores, políticos, terapeutas y buenos vendedores.

¿Cuál es la inteligencia más importante? Depende de cada uno. Pero ninguna alcanza por sí sola. Es necesario combinarlas. Y la combinación que puede ser mejor para una etapa de la vida (por ejemplo, lingüística y matemática requerida para ser un buen alumno) puede no ser adecuada para otra (p.e. corporal necesaria para ser un buen cirujano o deportista).

Creo que lo mejor es enfocarse en fortalecer aquellas áreas para las cuales nuestros hijos estén mejor dotados, las que estarán determinadas por su interés y habilidades, en lugar de intentar forzar la adquisición de conocimientos o habilidades que no son de su interés o para las que no tienen habilidad (ello sin perjuicio que igualmente tendrán que prestarles una mínima atención a aquellas áreas de mayor relevancia en esta cultura, como la lingüística y la matemática, ya que –incluso si logran grandes éxitos en la música o el deporte, por citar áreas más alejadas–  poco podrán capitalizar de sus triunfos si no saben leer o interpretar un resumen de banco).

Hay que tener presente que el interés y habilidad solos no son suficientes. El desempeño de cualquier persona en un área determinada depende tanto de sus condiciones innatas como de sus experiencias externas. Ningún deportista llega a la cima sin entrenar, por buenas que sean sus cualidades naturales. Lo mismo ocurre en cualquier otra área.

Dado que hoy se ha complejizado el conocimiento, ninguna persona puede aspirar a tener un dominio total del mismo, ni siquiera en una única área del conocimiento. Por tanto, es necesario elegir un área donde adquirir habilidades y conocimientos que, aunque parciales, sean lo suficiente relevantes como para dar oportunidades para lograr éxito y felicidad.

Ya no se puede pensar en un solo currículo de contenidos iguales para todos los alumnos. Los múltiples caminos posibles necesitan múltiples alternativas. El sistema educativo debiera estar diseñado de manera tal que fuera sensible a las diferencias. En lugar de ignorarlas y pretender que todos los individuos tengan el mismo  tipo de mente, debemos intentar asegurarnos que todo el mundo reciba una educación que maximice su potencial intelectual.

Por ello, si queremos brindar mejores oportunidades a nuestros hijos, debemos personalizar su educación. No basta enviarlos a una buena escuela con enseñanza uniforme (incluso, tal vez eso sea negativo). Debemos personalizar sus experiencias, potenciando las positivas y mitigando las negativas.  

El camino para ello es participando en la escuela donde asistan nuestros hijos, intentando crear conciencia, trabajando en equipo con los docentes y alumnos; o bien -cuando el excelente desempeño de un niño en un área lo amerite- retirándolo de la escuela institucionalizada para educarlo en el hogar.
 
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Fuente principal:  Los niños y las inteligencias múltiples, Cositorto, Salinas, González y Origlio, Ed.Nazhira, Buenos Aires, 2008.

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