La
inteligencia es un potencial para procesar información de modo de identificar y
resolver problemas que son valorados por el grupo social que la evalúa. Nuestra
sociedad considera que un niño o alumno inteligente es aquel que en el menor
tiempo posible puede comprender un texto, resolver cálculos matemáticos, y
recordar hechos y definiciones. Se asume que la inteligencia es una sola y que
es posible medirla con evaluaciones de lápiz y papel.
Si
los padres aceptamos estas reglas, estaremos pendientes de las notas de
nuestros hijos en la escuela y no nos ocuparemos que desarrollen otras
potencialidades o adquieran otros conocimientos que pueden ser mucho más
importantes para ellos.
La
escuela de hoy, organizada como una línea de montaje para transmitir a los
niños las habilidades básicas de lectura y cálculo aritmético y algunos pocos contenidos
adicionales, no parece ofrecer las mejores oportunidades para que nuestros
hijos alcancen el éxito y la felicidad que les deseamos. ¿Qué podemos hacer
para ayudarlos?