“Pa, no sé qué hacer en esta situación. ¿Qué
te parece?” Con estas u otras palabras, nuestros hijos cada tanto piden
nuestra opinión o consejo. La tentación es contestarles en forma directa,
pensando qué haríamos nosotros en su lugar.
Creo
que debemos resistir esta tentación y aprovechar la oportunidad para ayudarlos
a analizar la situación desde su propio punto de vista. Ello no sólo servirá
para evitar que -en un arranque de rebeldía- traten nuestro consejo como una
guía para hacer lo contrario, sino que les proveerá la sana costumbre de pensar
sus acciones antes de ejecutarlas.
Pero
es importante hacerlo de la manera correcta. De poco servirá contestar “¿y cuál es tu opinión?”, ya que
usualmente lo tomarán como una negativa a contestar. Mejor resulta aprovechar
la oportunidad para enseñarles alguna sencilla herramienta de análisis. Una de
las herramientas más efectivas que he probado han sido los seis sombreros para pensar de Edward De Bono.